- La Plata: Desinterés de padres 11/2003

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Desinterés de padres por las cooperadoras escolares
La falta de participación genera inconvenientes en los colegios platenses


Las cooperadoras, a pesar de todo, siguen colaborando como en la EGB 10 para poder ayudar a los chicos en todo sentido
Justo cuando más hacen falta porque las carencias de todo tipo arrecian en las instituciones, las cooperadoras escolares batallan contra el desinterés de los padres por integrar las comisiones. Según coinciden en las escuelas y las mismas asociaciones, la participación está en un piso que ya impide renovar las comisiones y obliga a agregar a su trabajo esa tarea comunitaria al personal de los colegios. Algunos creen que el fenómeno está relacionado con el impacto de la crisis en la vida de las familias.

No estaba el alimento para el comedor de por medio, ni había que gestionar una obra urgente, pero la situación que se vivió en la Media 2 "España" pinta la situación. En las últimas semanas debía renovarse parcialmente la comisión y ante el llamado a asamblea sólo acudió un padre. El cambio se demoró y así quedó bloqueada la cuenta bancaria de la que se iban a tomar fondos para comprar los diplomas y medallas para los egresados del Polimodal. Así las cosas, las autoridades tuvieron que pedir la colaboración de los alumnos y los recuerdos y títulos estuvieron en peligro hasta que finalmente pudo destrabarse la situación.

"Los padres sólo vienen cuando se los cita por ejemplo por un tema disciplinario. Es bastante difícil maniobrar con ellos, en casos más que con los chicos", se lamentó la prosecretaria de la Media 2, Rosa Mateo.

En ese colegio la cooperadora atiende varios frentes que apuntalan la actividad educativa de los docentes y directivos. Como ocurre en otras instituciones del nivel medio, asiste a los alumnos con carencias económicas entregándoles los boletos de colectivo y pagándoles la merienda para reforzar una alimentación que se considera escasa.

Todo eso avanza pese a la escasez de manos. "Esto no es de ahora, pero en el último tiempo se ha acrecentado", analizó la docente y luego agregó que "creo que esto pasa por la cantidad de preocupaciones que tienen los padres fuera de lo que tiene que ver con sus hijos". Eso en un marco en el que "la escuela como institución está llena de dificultades", confirmó Mateo.

La psicóloga y presidenta de la Comisión de Educación del consejo escolar de La Plata, Sonia Cotliar, opinó que el fenómeno tiene varias vertientes: "se dan múltiples factores, pero diría más que nada que tiene que ver con una crisis social afectiva: "hay razones laborales (hay quienes dicen que no pueden salir del trabajo) y falta de compromiso que se ve a todo nivel". Para la consejera, que también actuó en la vicepresidencia del organismo, no hay que perder de vista los problemas económicos que contribuyen a la marginación.

Para armar una comisión de cooperadora hace falta alrededor de una decena de padres. El director de la institución actúa como asesor legal en la toma de decisiones relacionadas con la gestión de recursos que envía la Dirección General de Cultura y Educación para obras o material didáctico. También se encargan del funcionamiento de los comedores. Y a eso se suman otras cuestiones derivadas del interés de la asociación y las necesidades de la escuela, como los viajes educativos, el equipamiento de las bibliotecas y la asistencia económica a alumnos. Para el presidente de la Federación de Cooperadoras de La Plata, Marcelo Ilarregui, "sin cooperadora no existiría la administración de un colegio".


POCOS APORTES

La realidad de las cooperadoras está condicionada además por los golpes que da el deterioro general de la economía sobre las familias. Ilarregui, contó que en general una porción mínima de la comunidad educativa aporta la cuota societaria que puede ir de los cincuenta centavos a los 10 pesos, según el colegio: "en el Jardín 929, en cuya cooperadora estoy, de unos 600 padres y familiares en condiciones de asociarse, aportan 100. Y eso que es una institución céntrica. Hay lugares periféricos donde el aporte es todavía menor". En algunas escuelas que atienden matrícula carenciada ni siquiera juntan entre el 10 por ciento de la matrícula.

Ilarregui asocia a la baja recaudación con la falta de participación de los padres: "el problema viene de hace varios años por la situación de falta de trabajo en el país, pero últimamente se ha acrecentado mucho más. Los padres han perdido el empleo y hay muchos con planes sociales".

Pese a todo las cooperadoras siempre están y en lugar de padres que resten horas a sus actividades para tapar agujeros que deja la falta de cobertura del estado, actúa el personal de las escuelas. "Los puestos están siendo ocupados por los docentes y auxiliares. Ellos tienen la facilidad de hacer las tareas en el mismo horario de trabajo y en el mismo lugar donde ejercen".

El caso de Ilarregui parece a contramano de lo que se cuenta en las escuelas. Empezó en la cooperadora del Jardín en 1999, cuando notó que hacía falta ayuda para mejorar el alambre perimetral y mejorar un piso de baldosas. Hoy sus hijos no están más en el Jardín y sigue aportando como socio. A la vez le dedica horas libres de su trabajo en la biblioteca central de la Universidad Católica de La Plata, a la Federación de Cooperadoras de La Plata.
Fuente: El Día
Edición Internet

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