Escándalo PRO - "Con el alimento de los chicos no se jode"

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Los alimentos de soja que -ante el rechazo de los niños a engullirlos, un amparo judicial y la certificación del INTI de que su ingesta por lo párvulos es perjudicial- el Gobierno porteño se vio obligado a dejar de dar a los comedores escolares, son fabricados por Eduardo Bauzá, alter ego de Carlos Menem en sus años de gloria.

Pablo Failde exhala buenos modos. Se siente incómodo al decir "joder", le parece muy fuerte. El legislador kirchnerista, proveniente del descarriado ARI, se disculpa pero parece tener presente que tanto en el código de Hammurabi –las leyes de Babilonia, la más antiguas de que se tenga memoria– como para la sharía (tradición) musulmana, darle a los niños alimentos en mal estado a sabiendas merece las penas más drásticas. "Lo que ha sucedido es gravísimo y me causa estupor que los grandes medios lo hayan ignorado", señaló.

"Durante las vacaciones de invierno se hizo una licitación para proveer de viandas escolares a las escuelas de la ciudad. A partir de entonces las viandas pasaron 5,50 pesos a 7,20 pesos por cápita, un aumento del 30 por ciento. Pero la mayor sorpresa vino por la sustitución de algunos alimentos por otros de menor calidad y valor nutricional. Por ejemplo, las empanadas de carne, o de jamón y queso, se cambiaron por salchichas. Lo que más me llamó la atención, con todo, es que se reemplazaran las milanesas de carne vacuna o de pollo por las de soja, así como el pastel de papas y carne por una 'cazuela de trisoja', un compuesto de soja y trigo que tuvo muy mala aceptación por parte de los niños. Hasta el punto de que el alerta me llegó a través de padres cooperadores que me comentaron que chicos de las zonas más humildes del sur de la Ciudad, que a la hora de la comida siempre están con hambre, rechazaban la cazuela de trisoja. Que tanto por su olor como por su textura, se negaban a probar ese guiso", dice Failde, de 50 años, a quien muchos reconocen por ser el único legislador que va a su trabajo en bicicleta. 

"Nos pusimos a averiguar y encontramos la existencia de dos documentos muy importantes. Uno lo hizo el Gobierno nacional en el 2002. Más precisamente el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, creado para dar respuesta a la gravísima crisis que atravesábamos, que funcionó bajo la directa supervisión de Hilda 'Chiche' Duhalde, esposa del entonces Presidente. Estaba integrado por todas las reparticiones de un Estado Nacional en estado de emergencia roja y la práctica totalidad de las ONG's científicas, los centros de investigación y las universidades de todo el país. Y una de las primeras cosas que hizo fue abocarse a estudiar si la soja podía resolver o al menos paliar el grave problema de hambre que sufrían amplias capas de la población. Y después de estudios exhaustivos, llegó a la conclusión de que, efectivamente, la soja puede ser un buen complemento alimentario, pero que en el caso de los menores de 5 años no es recomendable, y para niños menores de 2 años es definitivamente peligrosa. Y también llegó a la conclusión de que la leche de soja no podía reemplazar a la leche de vaca, ni los bifes o milanesas de soja a la carne vacuna… que es precisamente lo que se hizo en las escuelas porteñas desde fines de agosto o principios de septiembre", describió.

CARACTERES SEXUALES

Failde cuenta que también encontró un estudio del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) del 2005 que ratificó aquellas conclusiones al señalar lo negativos que son para los más chicos los alimentos a base de soja. Porque el alto contenido de fibra de la soja causa dificultades para la absorción de minerales, sobre todo los críticos, como hierro, zinc y calcio. "También presenta un déficit de aminoácidos azufrados en las etapas de crecimiento de cero a dos años. Y genera la inhibición de una enzima esencial para la digestión, la tripsina, lo que afecta la absorción de proteínas. Y además, la soja tiene isoflavonas, cuyos efectos son similares a los de los estrogénos", señala en relación a las hormonas femeninas que desarrollan los pechos de los niños y alteran su ingreso a la pubertad, "y que pueden adelantar la menarca en las chicas, además de producirles dificultades inmunológicas" a los chicos de ambos sexos.

Todo esto, comenta Failde, sin entrar en la discusión de si puede equipararse la soja natural con la transgénica, en la que puntualiza que todavía no hay conclusiones unánimes sobre las consecuencias perjudiciales que podría aparejarles a los adultos el consumo de soja transgénica, tanto por sí misma como por los fertilizantes y desmalezadores, los glifosatos utilizados en los cultivos, que comercializa la misma multinacional que provee aquellas semillas genéticamente modificadas. "En cualquier caso, los informes acerca de los efectos sobre los niños pequeños son categóricos", enfatizó.

Señala Failde que el conflicto desatado en torno a las becas estudiantiles y el recule del macrismo han desmostrado que se las había recortado "sin más criterio que el de perjudicar a los sectores más desprotegidos". Y que el Gobierno tampoco reparó las escuelas de modo "que las clases se reanudaran y los chicos pudieran estar con calefacción, como corresponde, sino que, por el contrario, emitió disposiciones negándoles a las cooperadoras la plata necesaria para poder autogestionarse". Por fin, reemplazó carne, jamón y queso de los menús escolares por alimentos de menor calidad. "Todo junto constituye una política muy negativa y discriminatoria para los sectores populares", remató.

SILENCIO MEDIÁTICO

"Con toda esta información, hace tres semanas presentamos un amparo ante el juzgado Nº 13, secretaría 25, a cargo del doctor Guillermo Schleiber (fonético) planteando que no sólo que hay que garantizar el derecho a la buena alimentación de los niños, sino también que las viandas habían bajado su calidad vitamínica y nutricional, además de dar un alerta sobre la incorporación de la soja a su dieta. Puse como testigos a varios padres cooperadores y añadí una investigación publicada por el diario Crítica el 19 de septiembre", explicó.

Le preguntó por el estrepitoso silencio de los grandes medios. Hay unos segundos de silencio. "Además de Crítica, también Página/12 se hizo eco del tema, pero ante mi sorpresa, los grandes diarios nacionales, como los canales de televisión, lo ignoraron olímpicamente. A pesar de que mis colaboradores les suministraron toda la información y las correspondientes gacetillas en tiempo y forma… Con el anexo del amparo, e incluso con el amparo ampliado. La prueba documental que puse a disposición del juez después la hice pública… pero nada de lo hice ha conseguido la menor repercusión. No sé a qué se debe tanto silencio. De verdad que no lo entiendo…", dice, con una sonrisa entre maliciosa e irónica.

"De todos modos, lo importante es cómo está actuando el juez, que les ha pedido a los ministerios de Educación y de Salud –porque también hay viandas alimentarias para chicos en los hospitales que tienen salas pediátricas de internación– que informen en qué consisten, y que en el caso de que contengan soja o trisoja, directamente las saquen de circulación".

NO VA MÁS

Ante estas presiones, el pasado jueves, el coordinador general de los comedores escolares, Fernando Marizcurena, comunicó a varias cooperadoras la decisión de dejar de distribuirles milanesas de soja y cazuelas de trisoja. Marizcurena integra la Dirección General de Programas y Servicios a las Escuelas (antes Dirección de Cooperadoras y Comedores) cuya titular es María Cecilia Klappenbach.
¿Eso fue todo?, le preguntó. "Eso fue todo", reponde Failde como un eco. "No hubo comunicado oficial. A la Justicia, el Gobierno le respondió tarde y mal. Debía contestarle el lunes (pasado), pero hizo una presentación parcial y pidió cinco días adicionales, pero el juez sólo le concedió tres, por lo que calculó que hoy (por el miércoles 8) o mañana a más tardar, tiene que responder".

Para adelantar esa respuesta a sus lectores, Noticias Urbanas se contactó con el Ministerio de Educación (señorita Celeste) y pidió hablar con Klappenbach, Marizcurena o algún vocero que diera la cara. Se insistió en los plazos del cierre de esta nota. Sin embargo, y como ya es habitual en el gobierno amarillo, Celeste pidió que se le remitiera un e-mail con las preguntas, prometiendo que las mismas serían contestadas de manera perentoria. El e-mail se envió de inmediato. Sin embargo, y a pesar de contener unas pocas preguntas, y muy genéricas, de modo de no interponer obstáculos a su respuesta, ésta nunca llegó.

La empresa proveedora de la soja y la "trisoja" es Clasa (Compañía Latinoamericana de Alimentos SA). Su vicepresidente, Mauricio Sánchez, intentó hablar con Failde pero el legislador no le devolvió los llamados porque el tema ya estaba en la Justicia y no le pareció conveniente debatir con él. Noticias Urbanas intentó ponerse en contacto con Sánchez llamando a las oficinas de Clasa, pero una recepcionista, tras consultarlo de viva voz, respondió que Mauricio no se encontraba ahí. Ante lo cual este cronista le informó la mucha urgencia de contar con la posición de la empresa, dejándoles teléfonos y celular para que Sánchez lo ubicara en el curso del día. Infructuosamente.

A RAS DEL SUELO

El sitio de Clasa en internet (http://www.trisoja.com/esp/home.php) no informa demasiado. Que la empresa fue fundada en el año 2004 y que sus responsables "desde hace varios años" venían "trabajando en la producción e innovación de alimentos de alto valor nutritivo, accesibles y que colaboren en mejorar la calidad de vida de la población". Seguidamente va al grano, es decir, al poroto de soja, y más precisamente a su producto insignia: La "Trisoja está siendo comercializada en las principales cadenas de supermercados de Argentina y a su vez exportada a diferentes mercados de América Latina, Europa y Asia", informó.

Como otras empresas adeptas al modelo estadounidense, conductista, Clasa declaró tener, además de una misión ("completar el crecimiento y el mantenimiento de la salud de los consumidores a través de la producción y comercializar alimentos innovadores y de gran calidad"), una visión. Claro que la soja no es cáñamo: más "vuelo" que en esa visión puede alcanzarse fumando suelas de alpargatas "bigotudas", pues la visión de marras resultó más que prosaica, rastrera, y tan carente de horizontes que apenas vislumbra/desea trabajo: "satisfacer las necesidades de nuestros consumidores a través de un equipo de trabajo altamente calificado y con una filosofía de trabajo en sintonía con una alimentación más sana y saludable" lo que, filosofa, sería "el pilar fundamental para una mejor calidad de vida". Mejoría ésta para la que, agrega, resulta imprescindible consumir "alimentos ricos en nutrientes esenciales que ayuden al correcto desarrollo, teniendo en cuenta no solo la cantidad (…) sino la calidad". En suma, que la industria alimentaría afronta "el gran desafío de comprender las necesidades y exigencias del consumidor, en la búsqueda de nuevos productos saludables y nutritivos". Y que es por eso, precisamente, que "hemos creado un nuevo alimento denominado Trisoja".

PATAPÚFETE

Si la trisoja no satisfizo a los chicos de los barrios sures, estas suscintas tautologías no pueden satisfacer a nadie. Insatisfecho, esperando llamados que nunca llegarían mientras navegaba en la red, el cronista se topó con el blog de un tal "Pepe Biondi" que Clarín publicita y linkea en su portada electrónica. Allí se habla de lo que el diario calla. "¿Sabe el ministro (Mariano Narodowski) qué da de comer en los comedores escolares?", posteó su ignoto autor el pasado 23 de septiembre. Y recordo que no sólo "el niño Mauricio apoyó a los pools sojeros, en su batalla contra el Gobierno nacional (…) sino que ahora, en el cambio de la licitación de los menús de los comedores escolares, no tuvo mejor idea que agregar al mismo la ingesta de soja a través de las milanesas y una cazuela mixta" e incluso exigiría "a las concesionarias y a los 4 comedores autogestivos (sic) de la ciudad, hasta la marca, que es Trisoja". Seguidamente, "Pepe Biondi" se preguntó por qué "el niño Mauricio, incluye soja en el menú escolar, siendo que en este país la producción de carne es de tal magnitud (…) ¿Por qué niño Mauricio? ¿Por negocios políticos, empresariales? ¿Quién será el dueño de la empresa TRISOJA?".

Más allá de que el autor incurre en sinécdoque al tomar la parte por el todo y que la empresa no se llame así sino Compañía Latinoamericana de Alimentos SA (Clasa) no cabe duda de que el autor del blog pone el dedo en la llaga. Una pista que debería habernos ofrecido un indicio es que la empresa también comercializa "fideos semolados". Porque una breve recorrida por la paqueta esquina de Esmeralda y Arroyo y la amena conversación con algunos vecinos permitió establecer a Noticias Urbanas que un famoso político cuyo apodo es, precisamente, "Fideo", utiliza la sede de la firma como oficina. Uno dijo, incluso, haber reconocido a uno de sus visitantes recientes: el pampeano Jorge Matzkin, quien fuera presidente del bloque menemista de diputados entre 1991 y 1997.

DEJA VU

¿Adivinó quién es? Nada menos que el mendocino Eduardo Bauzá, el mismo que heredara de su familia una fábrica de pastas y fuera el alter ego y principal sostén de Carlos Menem (en dura competencia con Alberto Kohan, a quien sustituyó como secretario general de la Presidencia tras el estallido del llamado "Swiftgate") durante el apogeo del menemismo. El mismo que padece de una hepatitis crónica que muchas veces lo tiene contra las cuerdas. El que hace 18 años, en 1990, siendo ministro de Salud y Acción Social, estuvo en el centro de un sonado escándalo cuando el Tribunal de Cuentas denunció que su cartera había comprado 1.300.000 guardapolvos a la empresa Herrera Hermanos SA. Guardapolvos que ésta había cobrado antes de entregarlos e incluso de tenerlos. Porque de fabricarlos, ni hablemos: de la propia declaración jurada de la firma surgía que estaba inactiva desde hacía ya dos años, que no había presentado balances y ni siquiera presentado una mísera certificación bancaria de su existencia; que su presidente era insolvente y estaba al borde de la indigencia, y que el capital de la empresa no cubría siquiera el precio de un guardapolvo. Por cierto, algunas fuentes agregan que los efectivamente entregados eran de talles minúsculos y al doble del precio de mercado. Pero la causa cayó en manos de la jueza María Romilda Servini de Cubría que ni siquiera procesó a Bauzá, quien en medio del escándalo dejó ese ministerio para ir al de Interior. Por fin, hace tres años fueron condenadas cuatro personas ignotas.

Al lado de aquello, la venta de trisoja al Gobierno porteño parece trivial. No obstante, ciertas repeticiones asustan. Porque si en aquella época, el secretario privado de Menem, Miguel Ángel Vicco, se vio envuelto en un escándalo por la provisión de leche adulterada a los comedores escolares bonaerenses, provoca un estremecimiento, un déjà vu que el Gobierno porteño haya distribuido entre los escolares una leche que, según la pericia del INTI, tenía un sabor "ácido, salado con olor a silo y forraje fermentado". Lo que con gran poder de síntesis los pibes que la rechazaron llamaron "asqueroso".

Fuente: Semanario Noticias Urbanas Nº 157