Empresas coordinan sus acciones 08/2003

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Empresas coordinan sus acciones para apuntalar la educación
 
Casi medio centenar de empresas cordobesas se reunieron ayer para comenzar a coordinar acciones que apuntalen a la escuela en su labor de enseñanza y a la educación como tarea colectiva.

La convocatoria fue de la Iniciativa Juntos por la Educación, que llevan adelante las fundaciones Antorchas, Arcor, Interamericana y Minetti, con el apoyo y la participación de La Voz del Interior y del Instituto Argentino de Responsabilidad Social Empresaria (Iarse).

Aunque la mayoría de las empresas presentes financian proyectos elaborados por las propias escuelas en áreas específicas, los ejecutivos debatieron sobre cómo coordinar acciones de cooperación y sobre la inversión social privada. Los debates continuarán con charlas y foros con especialistas invitados.

En la reunión se dio a conocer un diagnóstico de la educación general básica en la ciudad de Córdoba, del Centro de Estudios de Población y Desarrollo. La licenciada en pedagogía y psicopedagogía Lucía Garay puso sobre la mesa la realidad educativa provincial.

Explicó que el sistema de Córdoba demuestra un alto poder de absorción de los chicos que cursan la escuela obligatoria (primaria y CBU). Indicó, sin embargo, que los niveles de repetición, que alcanzan el seis por ciento en la primaria, ascienden al 30 por ciento en los tres primeros años del secundario.

Las aulas muestran hoy una gran heterogeneidad no sólo cultural, social y económica sino de convivencia entre chicos con edades muy diversas. Las tasas de sobreedad (niños con edad por encima de la que corresponde a su curso), provocadas por repeticiones encubiertas o inicios tardíos, ascienden al 30 por ciento. Y los índices de precocidad llegan al 12 por ciento. A esto se le suma la superpoblación en aulas.

Garay recomendó tener en cuenta a la hora de pensar estrategias de ayuda económica a los dos grupos etáreos de más riesgo: los niños de 3 a 5 años y los de 11 a 14 años. Subrayó que sólo el 40 por ciento de los niños de hasta cinco años cuenta con cobertura educativa, lo que significa que el 60 por ciento no asiste a ninguna institución. "En esta edad se plantan las semillas para que una educación se perfile como exitosa", remarcó.

El segundo grupo en riesgo son los chicos con sobreedad (de 11 a 14 años) que concurren a la primaria cuando deberían cursar el CBU. "Son los que están pasando de la primera infancia a la segunda; son los más afectados por la pobreza y por la estructura familiar; los más vulnerables a las adicciones, a la manipulación y a la violencia", dijo.

Promover los valores

Durante el encuentro se planteó, la necesidad de defender a la escuela. "Para grandes franjas, la escuela es el único lugar para tramitar sus diferencias, porque la ciudad les da cada vez menos lugares", expresó Garay, en relación a que la institución es casi el único reducto que le queda a la juventud. "Comparada al barrio, la escuela es un oasis", dijo.

Por último, destacó la diferencia que existe entre escuela y educación. La primera desarrolla un aspecto; acerca a la instrucción, al aprendizaje y "no es responsable de todo". La educación, en tanto, tiene una función social que va más allá. Distinguió, así, el fracaso escolar del educativo. El fracaso escolar está relacionado con la imposibilidad del sujeto de lograr los estándares y rendimientos exigidos. El fracaso educativo, en tanto, implica un fracaso de la socialización (no aprender qué es una norma, una ley, el tiempo, el orden, el respeto al otro).

Fuente: La Voz del Interior on line