Cooperadores escolares buscan que el Estado reabra la cocina centralizada

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Instalaciones e infraestructura en desuso
en la Federación de Cooperadoras
Escolares (Foto: C. M. Lovera)
Hornos rotativos, cámaras frigoríficas, máquinas de cortar carnes, ollas y decenas más de herramientas e instalaciones suficientes como para preparar 60 mil raciones diarias de comida están sin utilizar en la sede de la Federación de Cooperadoras Escolares. El actual presidente del organismo, Gustavo Mogues, asegura que "están a disposición del Estado" para su uso en beneficio de la comunidad.

Caminar por las instalaciones de la sede de la federación ubicada en Felipe More 929 obliga a una permanente pregunta: ¿Cómo es posible que semejante capital esté sin ser aprovechado para ayudar ante tanta necesidad?


Y para eso hay que hacer un poco de historia. La cocina centralizada funcionó en el lugar entre 1991 y 1996, cuando cerró ante los sucesivos retrasos del pago de los salarios de los 210 empleados que trabajan por ese entonces.

Para que el cierre prosperara mucho hizo la gestión del ex ministro de Educación, Fernando Bondesío, que se proponía regresar al sistema privado de asistencia a los comedores.

Pasaron 13 años desde el cierre y todo sigue intacto, es más hasta hay máquinas que nunca se estrenaron. "Nosotros las ponemos a disposición del Estado, porque están en condiciones de ser utilizadas", dice Mogues junto a la secretaria de hacienda de la federación, Eugenia Rabinovich.

Y cuando habla de Estado aclara que se refiere al provincial como al municipal.

Es así que uno de los primeros de aceptar el ofrecimiento público de la Federación fue el intendente de Villa Gobernador Gálvez, Jorge Murabito, que abrió una escuela de panadería con función social, con un horno de panadería y elementos necesarios cedidos por los cooperadores.

Por si acaso, Mogues recalca varias veces que "no hay ningún interés de la federación de gerenciar la cocina centralizada, en cambio sí consideran que bien se podría reabrir para descomprimir el trabajo de administrar este servicio en las escuelas".

"Nosotros no queremos hacernos cargo de dar de comer porque no es nuestra función. Estamos para ayudar a las escuelas públicas del departamento y asesorar a los cooperadores entre otras funciones", advierte.

Según un cálculo realizado por los cooperadores, poner en funcionamiento la cocina centralizada demandaría "unos 500 mil pesos".

Mogues y Rabinovich resaltan el valor del espacio cuando funcionó: "Se preparaban unas 60 mil raciones diarias con un estricto control bromatológico y nutricional, con comidas especiales para celíacos y diabéticos, por ejemplo. También la copa de leche".

Actualmente se asiste con comida y copa de leche a los alumnos con lo que se prepara en los comedores que funcionan en las mismas escuelas. Esto ha generado una permanente demanda de los directivos que se ven obligados de hacerse cargo del control de este servicio, resignando tiempo pedagógico a esta función.

Por eso los cooperadores entienden que reabrir la cocina centralizada sería una opción para devolver a los directivos y maestros a su función plena de enseñar.

Más proyectos

También en el edificio de Felipe Moré al 900 el espacio aéreo merece una atención aparte. Las grandes dimensiones permiten imaginar varias iniciativas.

Lo cierto es que la federación tiene en mente acondicionarlo para ofrecerlo a las escuelas para sus fiestas de fin de año, graduaciones y demás actos. "Este es un proyecto propio que pensamos poner en marcha a pleno para 2010", anticipó Mogues.

Por el momento varios de los integrantes de la actual conducción están abocados a recuperar el espacio físico. La limpieza, la pintura y la realización de un inventario de todo lo que hay en la sede están entre las prioridades.

Además se preparan para el jueves que viene a las 19 a renovar autoridades, en la concreción de la asamblea anual. Más información se puede consultar en www.coopescrosario.com.ar

Fuente: www.lacapital.com.ar