- Rosario: Cooperadores, se buscan 03/2003

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Cooperadores, se buscan
 
Representantes del sector lanzan una campaña para despertar el deseo de los padres de "involucrarse en el proceso de aprendizaje de sus hijos". La crisis diezmó a muchas de esas instituciones, que quedaron acéfalas
 
 
Buscan que los padres no sólo esperen a sus hijos fuera de la escuela, sino que entren. 
Foto: Francisco Guillén
Mientras que las entidades que nuclean a institutos de enseñanza privada cuestionan la decisión del Ministerio de Educación de la provincia de reducir el tope de los aranceles a aquellos establecimientos que reciben subsidios del Estado para cubrir el ciento por ciento de sus sueldos docentes, los cooperadores que trabajan para fortalecer la escuela pública -donde no existen cuotas obligatorias sino voluntarias- esgrimen exigencias menos ambiciosas. "Estamos preocupados porque muchas instituciones están dejando de funcionar, sobre todo aquellas que están inmersas en zonas marginales", indicó Esteban Hernández, miembro de la Federación de Cooperadoras Escolares, entidad que organiza una campaña para que los padres se acerquen nuevamente a esas entidades no gubernamentales que históricamente funcionaron en los ámbitos educativos y que durante más de un siglo apuntalaron a la enseñanza gratuita, laica y obligatoria.
Los dirigentes de la Federación aún desconocen cuántas cooperadoras rosarinas están acéfalas pero esperan saberlo a partir de un monitoreo que desarrollan escuela por escuela. Además de conocer cuál es la realidad de cada institución, organizan un programa que apunte a "captar voluntades" para ese tipo de trabajo comunitario que en tantas oportunidades cumple funciones que el Estado deja de asumir.
"Observamos que los padres están desentendiéndose cada vez más del proceso educativo que involucra a sus hijos", afirmó Hernández, quien considera que las razones de la deserción no sólo obedecen a criterios económicos sino culturales, porque los aportes societarios muchas veces pueden reemplazarse por trabajo ad honorem u otro tipo de colaboración que contribuya al bienestar general. Ésa fue la premisa que caracterizó a esas organizaciones no gubernamentales que surgieron al calor de la escuela pública y contribuyeron durante mucho tiempo a sostenerla (ver aparte).
El fenómeno de "vaciamiento" de las cooperadoras se observa principalmente en las zonas periféricas de la ciudad donde las necesidades son mayores, pero también se registra en espacios que históricamente correspondieron a la clase media. Es así que en algunas instituciones existen personas que las presiden hasta por varias décadas y una vez que dejan su lugar el recambio no se produce en forma natural.
Los cooperadores aún están diseñando el perfil de la campaña que llevarán a cabo durante el actual ciclo lectivo, pero apuntan a promover las experiencias realizadas en sus propias instituciones que lograron vencer el desinterés y las trabas burocráticas que les impone el sistema educativo, otro de los puntos claves que motorizan sus luchas. "Es declamación común de los funcionarios educativos felicitar a los cooperadores, pero toda la normativa ministerial traba la participación. E inclusive los hábitos burocráticos que manejan la cotidianeidad de muchos directores, supervisores y otros funcionarios ministeriales sólo generan obstáculos para la labor voluntaria", cuestiona Hernández.
Otro de los objetivos que persigue la Federación es promover y difundir la función del cooperador para que "no sólo se lo convoque para juntar plata y reparar cosas", sino para que participe en el espacio real que se genera a partir del proceso educativo.

ONGs pioneras en el país

El movimiento que nuclea a las cooperadoras escolares nació hace más de un siglo, junto con la ley de obligatoriedad de la escuela primaria, y para muchos esas asociaciones civiles constituyen una de las primeras organizaciones no gubernamentales. A lo largo de su historia, su intervención fue transformándose de acuerdo a cómo el Estado iba asumiendo su rol educador y transitó por distintas funciones como la asistencia social, el estímulo cultural y el sostenimiento edilicio. Si bien el sistema educativo se delimitó históricamente a nivel nacional -primero por la ley 1420 de obligatoriedad de la enseñanza y luego por la ley federal de educación- cada provincia fue planteando un modo jurídico de relación diferente con este tipo de asociaciones. Una de las críticas que se realizan desde la Federación de Cooperadoras Escolares al Ministerio de Educación de Santa Fe es la excesiva burocracia que muchas veces traba su funcionamiento.

Fuente: El Ciudadano