Asignación universal por hijo, nuevos desafíos

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Lic. Pablo UrquizaDirector Nacional de Políticas Socioeducativas dependiente del Ministerio de Educación de la Nación La Dirección Nacional de Políticas Socioeducativas está atravesando un período de arduo trabajo en conjunto con otras direcciones del Ministerio de Educación y con los referentes jurisdiccionales de políticas socioeducativas. El objetivo es analizar la relevancia de las acciones implementadas en el último tiempo y profundizar las políticas socioeducativas para el bienio 2010-2011 en el marco de la coyuntura que se inicia a partir del decreto presidencial de Asignación Universal por Hijo para Protección Social.

Esta asignación está destinada a acercar las protecciones sociales a los grupos familiares desempleados o que obtienen sus ingresos en la economía informal. El cumplimiento de los controles sanitarios y la asistencia de los niños y adolescentes al sistema público de enseñanza obligatoria son condiciones para la percepción de la asignación, acompañando así el objetivo central de inclusión social.Estamos ante un desafío que genera interrogantes acerca de cómo se modifican las agendas educativas jurisdiccionales a partir de este decreto; qué estrategias para la incorporación de los niños, niñas y jóvenes a la escuela son posibles imaginar, reinventar y sostener; qué acciones pueden articularse entre el ministerio nacional y los provinciales para que todos los estudiantes accedan a una propuesta educativa de calidad.En este sentido, se vienen desarrollando una serie de reuniones de trabajo que apuntan a reflexionar juntos estas cuestiones para encontrar caminos sustentables y perdurables. Durante el mes de diciembre se realizó el V Encuentro Nacional de Autoridades Jurisdiccionales en Políticas Socioeducativas donde se propusieron identificar y potenciar tanto las políticas socioeducativas que se están desarrollando como así también generar nuevas iniciativas, aprovechando el camino recorrido por algunas provincias.Sin duda, la asignación universal acelera las agendas de trabajo y genera una oportunidad histórica constituida desde las escuelas, para que las familias estén acompañadas y que puedan recuperar un espacio de dignidad.