Se pronuncian en contra de los Foros Vecinales en Vte. López
- Publicado en Noticias Bs. As.
Veteranos de guerra, reparan mobiliario escolar
En Escobar, Pcia. de Bs.As. veteranos de la guerra de Malvinas, entregaron a la escuela EP 15 ubicada en José Hernández 960 del Barrio "LA CHECHELA" 6 mesas de comedor que fueron reacondicionadas en el taller que aquellos operan en el Municipio.
Guillermo Surber, Presidente de la Federación de Cooperadoras Escolares de Escobar, señaló a este medio que esta entrega, es "parte de un programa que desde hace por lo menos dos años se dearrolla, impulsado por el Intendente Ariel Sujarchuk . A través de este programa, las escuelas puede reciclar su mobiliario escolar."
Todos los interesados participan: la Cooperadora de la escuela convoca a miembros de la Federación y en conjunto separan los muebles a reciclar. Se solicita a la municipalidad el traslado hacia los talleres totalmente equipados, y allí se los repara a "nuevo"
La Asociación Cooperadora se encarga de proveer los materiales (pinturas, remaches, soldaduras etc.) y la intendencia solventa los otros gastos.
Decenas de muebles : sillas, bancos, pupitres, mesas ya han sido reparados y puestos a disposición de los chicos y docentes quienes de esta manera logran un mejor pasar por su establecimiento.
Durante la mañana del 1º de noviembre las paredes exteriores de la escuela EP Nº3 en Morón fueron cambiando.., Lentamente tomaron colores y texturas a raíz del Mural que en homenaje a las Cooperadoras escolares, realizaron miembros de la comunidad educativa.
Padres, docentes, alumnos participaron de una construcción colectiva que contó además con la participación y colaboración de las Inspectoras de Plástica, de Profesores Muralistas de Morón y contó además con la imprescindible colaboración de la Cooperativa Nº1 que en días anteriores prepararó la pared ..
La Justicia le exigió al gobierno de Horacio Rodríguez Larreta que dé detalles de la "Escuela del Futuro", que prevé trabajo no remunerado de los estudiantes.
Pese a las críticas de la comunidad educativa, el Gobierno de la Ciudad mantiene firme su intención de aplicar la “Escuela del Futuro” que prevé pasantías gratuitas de los estudiantes. Sin embargo, la Justicia demostró que no permitió la participación de docentes ni estudiantes en la reforma educativa y que ni siquiera compartió el plan de estudios que planea para el próximo ciclo lectivo, sólo lineamientos básicos.
Con las tomas de colegios y los pronunciamientos públicos, estudiantes y docentes dejaron clara su postura en contra de la reforma inconsulta. Más de un mes de levantadas estas medidas de fuerza, la administración de Horacio Rodríguez Larreta no resolvió las quejas.
Por esto, la Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y Tributario ordenó una mesa de diálogo entre el Ministerio de Educación, a cargo de Soledad Acuña, y familiares de alumnos, sus abogados, y los asesores tutelares Gustavo Moreno y Mabel López Oliva. También participó del encuentro la defensora de menores interina Ana Cueva Rey, pese a que no posee competencia para actuar en segunda instancia.
La primera audiencia, del 31 de octubre, exhibió una clara falta de información pública, según quedó plasmado en las actas a las que accedió El Destape. Por esto, los camaristas Esteban Centanaro, Carlos Balbín y Mariana Díaz obligaron a la cartera educativa a evacuar las consultas de los representantes del Ministerio Público Tutelar y el de la Defensa de forma expeditiva.
Del lado de Moreno y López Oliva exigieron, en primer lugar, que el ministerio “identifique el expediente administrativo bajo el cual tramita el proyecto educativo” y que muestre una copia de dicha resolución, dado que desde el ministerio nunca exhibieron los presuntos actos administrativos que justifiquen la reforma y que deberían existir para que se lleve a cabo.
Como segundo punto destacado, los asesores tutelares pidieron que la ministra “indique si docentes participaron en el diseño de la reforma educativa y, en caso afirmativo, en qué oportunidades”, reza el oficio que llegó a manos de este medio.
Además, le preguntaron si los estudiantes fueron convocados para debatir los cambios, quiénes y cuándo. Le requirieron que anexe las actas de las reuniones para corroborar la participación del alumnado y si fue tenido en cuenta.
No menos importante, intimaron a que presente “si existe, una evaluación pedagógica de la implementación que habría motivado” los polémicos cambios. También pidieron informen si la reforma educativa se implementó en otros países, con las evaluaciones respectivas.
Ante la propuesta de dejar de calificar a los alumnos por exámenes numéricos, exigieron saber si realizarán modificaciones al régimen de evaluación. Por las modificaciones pretendidas en el quinto año de la secundaria, los funcionarios judiciales consultaron si esto ya fue articulado con el programa preuniversitario de la Universidad de Buenos Aires, que posee autonomía.
Sin despreciar el resto de las apreciaciones, el punto neurálgico requerido fue la oficialización del listado de colegios donde se implementará la “Escuela del Futuro”. Es que la cartera de Acuña no lo publicó en ninguna instancia, lo que aparenta ser inentendible a cuatro meses del comienzo de su aplicación.
La consulta 16 del punteo de López Oliva y Moreno pide que indiquen la previsión presupuestaria para la implementación de la reforma, que deberían haberse plasmado en el Presupuesto 2018 enviado a la Legislatura de la Ciudad.
Los defensores oficiales Ramiro Dos Santos Freire y Cecilia Pandolfino presentaron sus propias preguntas, similares a las previas, pudo constatar este medio. Ambos escritos apuntan a recabar datos elementales que la cartera de Acuña hasta el momento no publicó.
Aunque El Destape supo que los funcionarios del ministerio no retiraron las copias de las consultas, como habían convenido, el tribunal les designó dos días para responderlas, antes de la próxima mesa de diálogo judicial.
Los pibes no están solos
El Ministerio de Educación porteño quiere imponer un cambio en la Escuela Secundaria.
Los cambios no se imponen, y menos en el ámbito educativo. Los cambios se promueven con información, diálogo, discusión y consenso. Estos valores han estado ausentes cuando “bajaron” a las escuelas la “Secundaria del Futuro”. Valores ausentes sobre todo entre los adultos. Por eso los pibes salieron a reclamar. Tal vez se sintieron solos.
Algunos adultos se sienten más cómodos discutiendo las “tomas”, y no lo que las originaron: la falta de información, de diálogo, de discusión, de consenso.
Eso que falta es lo que otros adultos queremos que abunde.
Los Delegados de las Cooperadoras no atacamos la propuesta de cambio. Queremos saber de qué se trata y ejercer el derecho a discutir y mejorarla. Queremos ser parte, por nuestros pibes y por la ciudadanía que construimos cotidianamente en las escuelas. Queremos ejercer nuestro rol de adultos representativos de otros padres. No queremos imposiciones ni asumimos posiciones irreconciliables.
Invitamos a las autoridades a comportarse como adultos responsables ante las Comunidades Educativas, que se construyen en forma democrática, participativa e integradora. Nosotros lo venimos haciendo a diario desde cada Cooperadora Escolar.
Cuerpo de Delegados de las Asociaciones Cooperadoras Escolares de CABA
En el marco del mes de la memoria, el sábado 24 de marzo, la Federación de Cooperadoras escolares de Escobar organizó una Jornada llamada PIZARRONES POR LA MEMORIA, que fue además y declarado de interés municipal.
En la jornada se construyeron y restauraron pizarrones con todos los asistentes,que fueron entregados a diferentes escuelas píblicas del partido de Escobar.
El polideportivo Luis Monti ubicado en la calle E. Tapia de Cruz 1280 ,de Belén de Escobar fue el punto de reunión y contó son una importante cantidadc de padres y madres de la comunidad.
En el marco del mes de la memoria, el sábado 24 de marzo, la Federación de Cooperadoras escolares de Escobar organizó una Jornada llamada PIZARRONES POR LA MEMORIA, que fue además y declarado de interés municipal.
En la jornada se construyeron y restauraron pizarrones con todos los asistentes,que fueron entregados a diferentes escuelas píblicas del partido de Escobar.
El polideportivo Luis Monti ubicado en la calle E. Tapia de Cruz 1280 ,de Belén de Escobar fue el punto de reunión y contó son una importante cantidadc de padres y madres de la comunidad.
Publicado en http://www.centrocultural.coop
Ana Inés Heras, madre de alumnos de escuelas públicas, se incorporó este año al Grupo de reflexión sobre la práctica, integrado hasta ese momento sólo por docentes. Su presencia enriqueció y diversificó nuestro análisis sobre la coexistencia de prácticas pedagógicas alienantes y prácticas emancipadoras en el ámbito escolar
A continuación, el relato de las vicisitudes de una madre deseosa de colaborar con la educación formal de sus hijos.
Integro el grupo de reflexión sobre la práctica como mamá de niños y adolescentes en edad escolar. Mi interés en colaborar con la escuela, desde que ingresaron en el jardín de infantes, me permitió vivir experiencias cuya significatividad me anima a compartirlas con los lectores, presentándolas en forma de viñetas narrativas
Viñeta Uno: Transición de mamá de jardín a mamá de primaria.
Mi hijo mayor inició la primaria en 2006. El cambio de jardín a primaria suele ser abrupto también para las familias: en el jardín estamos invitadas todas las mañanas a participar de la formación y del saludo (a la bandera, a las familias, a las docentes, a las niñas y niños). En la primaria el saludo a la bandera es una especie de letanía con cadencia del padre nuestro (la métrica es igual a mis oídos, no soy católica), las familias NO somos bienvenidas a este ritual (a no ser que específicamente lo solicitemos y pueden negarnos esa posibilidad), y el saludo no se da de todos hacia todos sino de la autoridad pedagógica unidireccionalmente a los alumnos/as.
Otros ejemplos: en el jardín se consulta permanentemente acerca de si las familias “podemos brindar tal cosa o sabemos hacer tal otra cosa” o comunicaciones similares.
En la primaria no solamente no existe tal pedido o consulta sino que si es ofrecido, suele ser ignorado o desestimado. Así, para quienes deseamos participar de la vida escolar, esta forma de establecer los vínculos nos lleva a pensar en primaria que la cooperadora es la única vía posible. Y es en ese momento en que muchos nos encontrarnos con una realidad que está lejos de respetar la forma asociativa.
Viñeta Dos. Cooperadora Fantasma.
Durante los años 2006-2009 intenté vincularme a la Cooperadora… nunca se sabía cuándo vendrían a la escuela. Traté de que algunas mamás, integrantes de la Comisión Directiva, me llamaran para avisarme cuándo irían, de manera de colaborar con algo concreto que ellas pudieran decirme. Nunca lo logré. Me comentaban haber ido luego de hacerlo…
Viñeta Tres. Cuando las Directoras quieren decidir.
En el año 2007 me mandó a llamar la Directora, quien me dijo que se venía “la Asamblea y había 2 grupos en Cooperadora y precisaba que mi marido y yo fuéramos Presidente y ocupáramos otro cargo para que esos grupos no dominaran” (o algo parecido). ¿Cómo era posible que fuese la Directora la que quisiera tomar decisiones acerca de los cargos de la Asociación? No fui a la Asamblea, aunque tenía ganas de ser parte de la Directiva para que me dejaran participar.
Viñeta Cuatro. Intentar aportar.
Durante 2008 quise ir a las reuniones; no lo logré, siempre la respuesta era: “no se puede” (si no estás en Directiva). Intentamos ofrecer ideas, por ejemplo, producir un periódico escolar. Luego de mucho pedir asistir a las reuniones mi marido planteó el tema y le dijeron que “podía ser”. Llevó una propuesta de periódico. Al mes de esa reunión, sin convocarnos para participar, la Comisión Directiva sacó un periódico que contenía fundamentalmente entretenimientos para los chicos (sopas de letras etc.). En ese momento lo interpreté como un mensaje más de signo autoritario: “no te dejamos participar, tomamos tu idea pero la hacemos diferente, sin información para los adultos como por ejemplo rendir cuentas o comunicar lo que ocurre en las reuniones”.
Viñeta Cinco. Documentar el cambio.
En 2009 asistí a la Asamblea de Cooperadora. Me propuse para el cargo de Secretaria de Actas. Se aceptó. En la primera reunión tomé el libro y me dispuse a hacer el Acta manuscrita ahí mismo y me dijeron que mejor lo hiciera en borrador y que cuando aprendiera, podía hacerlo directamente. Entonces propuse un sistema: 1) durante la reunión apuntaba en forma manuscrita borrador; 2) pasaba las notas y enviaba ese archivo a los que habían estado presentes y 3) pasaba de nuevo en forma manuscrita al libro de Actas las notas. Esta modalidad me permitió documentar algunos cambios.
Viñeta Seis. Una puja por el sentido de la Asociación.
Este procedimiento para tomar Actas era engorroso (para mí), me llevaba mucho tiempo y también era considerado “no estándar”. Sin embargo, la Comisión Directiva lo aceptó. Éramos 8 miembros de los cuales 2 faltaban continuamente y otros ocasionalmente a las reuniones en las que se comentaban detalles de algunas familias, se hacían referencias sarcásticas acerca de personas, y a veces se usaban tonos y palabras que para mí eran cercanas a la ofensa. Yo las documentaba en las Actas…Varios de los que estaban en Comisión Directiva me explicaban, en tono condescendiente, que como yo “era nueva” no entendía cómo hacer las Actas, y que todo eso no iba. Les respondía que como se había dicho en la reunión y entendía que eran las razones para tomar las decisiones, había que documentarlo. A partir de este posicionamiento como escribiente que documenta las decisiones se produjeron movimientos que habilitaron cambios entre 2009 y 2013.
Análisis de las experiencias
Las seis viñetas presentadas pueden leerse en clave de brecha , aunque en ese momento no pude entenderlo así. En la primera, la brecha está puesta en la mirada comparativa que se resiste a naturalizarse: mantener una perspectiva que comparó lo que me parecía grato en el jardín y no encontré en la primaria. Permanecer abierta a que la pregunta “por qué es así (en primaria)” me interpelara, me permitió interrogarme “dónde está el canal de participación”. La brecha es tanto la pregunta como el identificar a la Asociación Cooperadora como ámbito posible.
En la segunda viñeta, si bien el resultado aparece como nulo (“nunca lo logré” digo con respecto a poder ir a las reuniones de cooperadora), la brecha consiste en identificar que existía un espacio, que era un espacio cerrado y resguardado, y que había un interés específico en que si alguien se incorporaba debía hacerlo en los términos considerados legales, normativos y establecidos por las reglas vigentes. La brecha consiste en reconocer el malestar producido por la respuesta, en no darme por vencida, y mantenerla como alerta para construir otra posibilidad más adelante (esto se terminará de comprender mejor en la Segunda Entrega de este material).
En la tercera viñeta el espacio se genera por parte de una Directora que intenta manipular las reglas. Aunque me horrorice recordar la escena, que me llevó a no ir a la Asamblea, el hecho de ser convocada a la escuela para hablar sobre la Cooperadora fue un quiebre de alguna cuestión interna en esa puja cerrada de poder. Se hizo para mí visible más claramente que había malestar inclusive entre quienes pretendían estar a cargo y con las reglas muy cerradas de su parte.
En la cuarta viñeta la brecha ha sido anticipada: la existencia de algo nuevo.
En la quinta viñeta la novedad es tomar una suerte de maniobra de control y de posible denigración (“vos no sabes cómo se hace”, “así no se hace” etc.) y transformarla en una herramienta para documentar y pensar entre todos.
La sexta viñeta pone de manifiesto claramente que la herramienta fue útil…
La cooperación de las familias tiene historia
Entre 1815 y 1915 existió en Argentina una tradición de asociaciones, mutuales y sociedades que cooperaron solidariamente con la escuela: era una trama social de instituciones que realizaban aportes a las escuelas.
Esta línea se pierde entre 1916-1930: el estado argentino estableció —en esa época—pautas específicas de relación entre familias, escuelas y tejido social comunitario. Algunos historiadores interpretan que esa necesidad de establecer parámetros tuvo que ver con una puja de intereses sectoriales (por ejemplo de la iglesia católica) y con una firme determinación del estado nacional burgués de que las ideologías identificadas como foráneas (léase socialistas, comunistas y anarquistas) no pudieran hacer pie en las escuelas. Una de las formas de reglamentar la relación entre familias, escuelas y comunidades fue la creación de las Asociaciones Cooperadoras.
Scotto indica que la Constitución de 1853 ratificó la posibilidad de los ciudadanos de asociarnos en pos del bien común. Las Asociaciones Cooperadoras escolares entran en esta categoría de organización: son entidades de bien público para el desarrollo de las mejores condiciones posibles de escolaridad de los niños/as que asisten a establecimientos públicos estatales.
Comparten con otras asociaciones de bien público el hecho de que su razón de ser es aportar a mejorar las condiciones del establecimiento que apoyen; el hecho de tener órganos propios de conducción y toma de decisiones; de manejar fondos públicos y propios, y de poder proponer líneas de trabajo acordes al desarrollo de su objeto social. Su existencia está reglada y enmarcada en los Ministerios de Educación en los que deben inscribirse.
Interesa señalar que durante el siglo XX el sistema escolar argentino logró ampliar su cobertura, la cantidad de años de escolaridad obligatoria, las ofertas de tipos de especialización a nivel primario y secundario. Pero, no logró sin embargo transformar totalmente la lógica que parece regir las relaciones entre escuela y familia.
Perdura una impronta que tiende a desconocer la posibilidad de tomar decisiones de las Asociaciones, o a desconocer los aportes que puedan realizar las familias (aunque no sean canalizados a través de las Asociaciones) cuando dichos aportes no son pedidos por las escuelas sino propuestos por las familias.
La Ley de Educación Nacional (LEN), sancionada en 2006, plantea específicamente por primera vez las relaciones entre escuelas, familias y comunidades, y da lugar al fenómeno de la gestión social para el ámbito escolar. También desde el punto de vista de las familias como sujetos colectivos, el siglo XXI trajo una novedad de hecho: la aparición, consolidación y presencia de una serie de movimientos, de base comunitaria, para accionar por el cumplimiento de la educación como un derecho (por ejemplo los Bachilleratos Populares).
Por lo tanto, las posibilidades de tomar decisiones por parte de las familias, y de realizar aportes para contribuir a la vida escolar parecen hoy estar informadas al menos por:
1) el reconocimiento explícito en la LEN de que se deben favorecer y poner en marcha relaciones entre escuelas, comunidades y familias;
2) la existencia concreta de organizaciones autoconvocadas que han ido generando acciones específicas en la defensa de los derechos educativos de los niños/as, adolescentes y jóvenes en escuelas públicas de enseñanza inicial, primaria y media;
3) la existencia de una serie de acciones sueltas, no programadas ni codificadas, no sistematizadas pero existentes, cuyo origen son las familias y su destino la escuela y la comunidad, con el fin de realizar aportes no necesariamente económicos (propuestas de las familias a las escuelas, algunas de carácter pedagógico y otras de carácter comunitario)
4) la existencia de una legalidad y marco jurídico propio para las Asociaciones Cooperadoras escolares que les permiten una autonomía en la toma de decisiones, puesta en marcha de acciones y evaluación de sus resultados. Así mismo, por reglamentación educativa escolar, las Asociaciones de este tipo deben ser asesoradas por la Conducción Pedagógica. Muchas Directoras/es interpretan que esto quiere decir tomar decisiones o presionar en los sentidos en que ellas/os interpretan que es mejor decidir. Así en algunos casos se generan situaciones tensas cuando las Asociaciones les recuerdan a las Conducciones Pedagógicas que quien decide son sus autoridades, es decir, la Comisión Directiva. Existen tensiones en sentido contrario: algunas Asociaciones tienden a constituirse en entidades de poder para beneficio propio (situaciones de malversación de fondos, robos, o de falta de comunicación para monopolizar un cierto poder). O bien —aunque su administración de recursos no sea objetable— entienden la construcción de poder de un modo que no se condice con su objeto social (el bien común) sino con un interés de posicionarse como autoridad.
Referencia. Scotto, Martín. Asociaciones Cooperadoras
http://www.cooperativasenlaweb.com.ar/Cooperadoras/Cooperadoras_Cooperadoras.htm
Hasta acá la experiencia de Ana Inés Heras. A continuación, el análisis de los integrantes del Grupo de reflexión sobre la práctica