Investigadores de la UNLP brindan capacitación a comedores de la región

Luego de la debacle económica de 2001, en la Argentina fueron varios los investigadores de la UNLP que decidieron poner sus conocimientos al servicio de la comunidad. En la Facultad de Ciencias Exactas, un equipo de docentes comenzó a dictar un taller de alimentos para personas que trabajan en comedores comunitarios de la región. Hoy en día, la propuesta sigue vigente. Además, se transformó en una salida laboral para aquellos que, aprovechando la capacitación, optaron por iniciar un proyecto productivo.
El curso tiene una duración de 20 horas e incluye aspectos como manipulación de alimentos, conservación y nutrición. También se organizan charlas con diferentes temáticas como alimentación para celíacos, elaboración de productos de soja, y cuidados que deben tenerse en cuenta para evitar accidentes de trabajo, entre otros.
“Hay gente de comedores que comenzaron a producir panificados. Entonces, acá, además de enseñar aspectos sobre la elaboración del producto se dan charlas sobre cómo maniobrar algunos equipos “, explicó la directora del proyecto y profesora de Biotecnología y Biología Molecular Nora Martínez a Hoy.
La docente trabaja en el Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de Alimentos (CIDCA), que pertenece a la misma unidad académica, junto a la investigadora Alicia Bevilacqua. También participan alumnos de Ciencias Exactas, docentes de Ingeniería, y profesionales de la Facultad de Trabajo Social que se sumaron a la propuesta.
“Las trabajadoras sociales se encargan de dictar las clases sobre la alimentación como un derecho humano, porque uno de los problemas con los que nos encontramos cuando comenzamos el curso fue con la falta de trabajo de la gente y eso influía”, señaló Martínez.
Panificados y dulces
Algunas de las personas que se acercaron a la facultad para recibir capacitación a lo largo del tiempo eran de comedores de Gorina, Villa Castells, Hernández, Ensenada, Barrio Aeropuerto, y Punta Indio, entre otros.
También lo hizo personal de comedores escolares de la región.
En tanto, aquellos que decidieron iniciar proyectos productivos fueron personas del hogar Esos Locos Bajitos, que trabajaban con panificados, y un grupo de diabéticos de Florencio Varela que quería comenzar a preparar mermeladas dietéticas.
“A partir de la capacitación que dimos a la gente de Varela se contactaron con nosotros desde el Movimiento de Campesinos de Santiago del Estero (MOCASE) para pedirnos que nos encarguemos de hacer el análisis de sus mermeladas”, mencionó la investigadora. En el taller, la facultad se encarga de los análisis y de preparar informes químicos y microbiológicos de los alimentos.
“Ahora queremos comenzar a trabajar con los campesinos. Por eso presentamos un proyecto a la Universidad que ya fue aprobado”, afirmó la docente.
Las personas que asisten al taller de alimentos reciben al final del curso un diploma que certifica su paso por facultad. La última entrega fue en diciembre pasado y contó con la participación de docentes, alumnos y autoridades de la misma unidad académica.

Fuente: http://www.diariohoy.net