Al investigar a una escuela agrotécnica santafesina se detectaron escandalosas irregularidades

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El establecimiento está en San Justo, y los miembros de la cooperadora uferon separados de sus cargos. Entre otros hechos, explotaban un campo de 140 has con diversos cultivos y cría de animales, que en los papeles no producía ganancia 

El 3 de noviembre del año pasado, una disposición conjunta de la Subsecretaría de Información y la Subsecretaría de Coordoinación Técnica Administrativa del Ministerio de Educación, profesor Víctor Hugo Debloc y la contadora Cristian Kuvsrlme ordenaban la investigación a la Asociación Cooperadora de la Escuela Técnica Nº 336 de la ciudad de San Justo, en el departamento homónimo por «Presuntas irregularidades detectadas en el funcionamiento de dicho ente cooperador». Era durante el gobierno de Jorge Obeid en la provincia.

Para ello requerían a la Confederación de Asociaciones Cooperadoras Escolares de la Provincia «realizar la investigación» para la cual fueron designados por el Ministerio de Educación Miguel Ramos, Luis Monti, Javier Porchietto y Gustavo Schuber, conocidos en nuestra ciudad por su larga militancia en este sentido y algunos de ellos, gente de campo.
Las investigaciones comenzaron en marzo de este año, con la separación de las autoridades cooperadoras, el secuestro de material de prueba y la toma de testimoniales voluntarias a los involucrados.

El resultado fue catastrófico. Un material sin desperdicio que lejos se ubica entre lo más sobresaliente en la historia del mal manejo de dineros en cooperadoras en escuelas de la provincia. La Escuela Agrotécnica de San Justo se ubica en zona cercana a la ruta nacional 11. Tiene su centro educativo estructural a la vera de la citada ruta antes de llegar a la zona urbanizada; y a unos 2 kilómetros, sobre el otro lado de la ruta nacional 11, un campo de 140 hectáreas que debe servir a los fines de la enseñanza práctica.

De las investigaciones realizadas y presentadas días pasados ante la propia Ministra de Educación de la Provincia, Elida Rasino, se desprenden ilícitos que pueden llegar a ser millonarios.
Por lo que se pudo conocer a través de la documentación a la cual El Colono del Oeste pudo acceder de manera exclusiva, hay manejo de sumas de dinero que van de 17 mil, 30 mil y otras cifras, en cooperativas, mutuales y bancos, sin constancias en libros ni registros.
El manejo de las 140 hectáreas era al parecer a discreción de los cooperadores y prácticamente estaba vedado para los 170 estudiantes, durante años. Allí, cooperadores y miembros de la comunidad escolar parecían manejarlo como un negocio privado. En ese campo había ganado porcino, vacuno, caprino, sin que el manejo tenga libro de existencia siquiera. Un hecho singular es que se sembraba soja, sorgo, girasol, pero los ingresos son siempre iguales a los que salen en los pocos registros secuestrados. Ejemplo: los gastos son de 80 mil pesos y los ingresos de igual suma. Los excedentes no figuran en papel alguno.

Un campo de soja de 80 hectáreas produce estimativamente un ingreso de 150 mil pesos por cosecha. La tierra explotada era prácticamente el doble. Y puede generar tres cosechas al año. Los aportes recibidos por ejemplo en agroquímicos de empresas privadas no figuran en libro alguno, y tampoco el destino de los múltiples dineros ingresados por aportes del gobierno o entidades privadas. Muchos de ellos son de cinco números por lo menos. Los investigadores interventores dicen que «es importante destacar las dificultades para obtener documentación necesaria para el desarrollo de la intervención, a tal punto que tuvimos que recurrir a una Escribana Pública para notificaciones y requerimientos de documentación. Asimismo, es numerosa la documentación a la que no se pudo acceder ni tener contacto».

«Los libros no manifiestan el movimiento real de la Asociación Coperadora. No reflejan el contrato de personal, movimientos contables, especialmente del campo, cosechas, animales que se compraron y vendieron, etcétera.
La investigación contempla más de 600 páginas en la que también intervinieron profesionales, entre ellas contadores, por citar un ejemplo.
Otra perla es que el libro de tesorería era llevado por un tercero, de acuerdo a lo que manifiesta el propio Tesorero. El libro de tesorería ni siquiera «refleja el asentamiento de las partidas para el comedor escolar y la copa de leche».

Más aún, en el pormenorizado relato que hacen los cooperadores investigadores se señala que los alumnos tomaban leche de campo extraída al pie de la vaca y que se hacía pasar mediante facturas de autoventa, como leche pasteurizada- es decir de fábricas- y no solamente éso, sino que la comida de los alumnos habría sido paupérrima. En este sentido, la información lograda señala que los estudiantes se bañaban de día porque no tenían lámparas y con agua fría en pleno invierno con bajísimas temperaturas, pues no había equipo para agua caliente.

En un hecho absurdo, que relata la directora del establecimiento, una médica veterinaria egresada de la entonces FAVE (Facultad de Agronomía y Veterinaria de Esperanza), a una chica que debía viajar parada camino a la escuela, el colectivo la dejó en el camino, sola. La jovencita, su madre y la directora debieron acudir con un psicólogo al Hospital y como la directora se oponía a sanciones, la vicedirectora se negaba a dar clases si la joven estaba en el aula.

«El libro de tesorería no refleja el asentamiento de las explotaciones de campo, cuántas hectáreas sembraban, su rinde, las ganancias del mismo» dice el informe oficial entregado a la Ministra Rasino.
Pero además «no refleja el pago a empleados de la cooperadora» asimismo como «los fondos cobrados por cuota social» ni tampoco «los subsidios recibidos y en qué fueron gastados.
No están asentadas las ventas de animales de la escuela, ni existen cierres de balances, no hay respaldo contable de operaciones fiscales, faltan facturas.

Es llamativo que la Asociación Cooperadora siendo responsable inscripto en el IVA reciba en forma continuas facturas de tipo «B» con condición de exento del tributo. Esto puede prestarse, presuntamente para cualquier maniobra dolosa ante la Administración Federal de Ingresos Públicos» se dice.
El informe pone el ejemplo que en el caso del comedor y copa de leche a veces se auto facturan con factura «A» y otras con «B».

Los investigadores ponen en la documentación que «No existe libro inventario de la Cooperadora. Es importante ya que existen muchos animales, maquinarias y herramientas que deberían estar registradas y al no estar el inventario, esto permite que cualquiera pueda llevarse lo que quiera o venderlas sin dar explicaciones, teniendo en cuenta la administración que se llevaba».
«El caos institucional es manifiesto, intencional y malicioso» aseguran los investigadores «por lo que es importante no deslindar responsabilidades» dado que se los considera en esta instancia como «responsables personalmente involucrados». Piden el Ministerio de Educación que el presidente, vicepresidente, secretario, tesorero, vocal y revisor de cuentas sean inhabilitados por 30 años como cooperadores escolares y además «profundizar la investigación ya que se presupone que hubo perjuicio patrimonial al Estado y a la Comunidad» y además «dar intervención a la Fiscalía de Estado y a la Justicia Ordinaria para que realice las investigaciones correspondientes para determinar si se cometieron delitos imputables al Código Penal, Civil y a las normas de control del Estado como aparentemente lo refleja».

Una declaración que no tiene desperdicio


Dentro de la actividad de los cooperadores impuestos por el Ministerio de Educación se tomó declaración jurada a la entonces directora del establecimiento rural. Se trata de una maestra normal nacional, ingeniera agrónoma egresada de la FAVE que ganó el concurso para ese cargo hace dos años.

Su calvario desde entonces, al pretender asumir es digno de una serie televisiva. «Desde que se conoció que gané el concurso fuí objeto de persecuciones por parte de miembros de la Cooperadora, padres y profesores, con campaña en las radios y televisión para que no asuma» declara.
Incluso cuenta como la directora desplazada por el concurso, cooperadores, personal escolar generaron un escándalo al momento de ofrecimiento del cargo a la denunciante. El 15 de marzo debía asumir, pero le cerraron la escuela con el encabezamiento de la vicedirectora. Se hizo denuncia policial. «Recién me pude hacer cargo el 20 de marzo con la intervención de la Ministra Cantero (gobierno de Obeid)». En sus palabras entre los «opositores» a la resolución del gobierno de Jorge Obeid se encuentran con actos manifiestos y puede colegirse de intimidación, cooperadores, la vicedirectora, profesores y hasta un ex senador departamental., a lo que la Ministra no accedió».
Este rosario de penas para ella era claro: «Primero impedir que tome el cargo y luego, al no poder, hacer que me vaya. Todas las agresiones diarias están documentadas» sostiene.
«Al poco tiempo de asumir el cargo comprendí las cosas: La escuela tiene 140 hectáreas con producción de soja y otros cultivos, un pequeño tambo y producción de cerdos y vacunos, vivero, huerta, conejos, ovejas y producción avícola. El manejo de los fondos están a cargo de la cooperadora. Los dineros le corresponde al Estado y la directora es la que tiene que avalar como dice la ley cualquier operación».

La docente y directora indeseada cuenta como fue boicoteada por la vicedirectora y el grupo que operaba en la escuela. Una larga lista de hechos increíbles. Cuánta cosa ilegal se puede pensar, está allí. Realmente si estas afirmaciones son ciertas, este caso no tienen antecedentes en la historia de la educación de la provincia de Santa Fe.
En 9 páginas se resumen hechos como en esta parte del relato.
«El campo- de 140 hectáreas- se debe utilizar para que los alumnos aprendan, por lo que la función del jefe de la explotación y de los profesores es guiar a los alumnos sobre qué cultivo sembrar y desarrollar el plan de lo que se sembraba. Ello no ocurría. Se sembraba lo que la cooperadora indicaba y los alumnos no tenían participación».
La Directora denuncia el hecho de darle a los chicos leche del tambo y hacerla pasar por leche en polvo, carne llena de grasa y de mala calidad, haber visto facturas donde decían que compraban cerdo pero los alumnos no veían en sus platos dicha carne y de desayuno tomaban sólo mate cocido.

Hay situaciones que cuenta que realmente sorprenden. «La cooperadora compró ovejas, que manejaban los tres peones de campo. No hay asignatura alguna en el currículo que trate sobre ovejas. Los empleados las cuidaban y cuando se vendían, se repartía el dinero entre la cooperadora y los tres empleados según el informe que tengo en mi poder.
A los alumnos jamás le dieron de comer un cordero tierno. Les daban siempre los viejos, que no se podían comer por la cantidad de grasa que tenían».
En su actuación además de no poder tener ingerencia en los temas económicos y legales, no tenía llaves, salvo de su propia oficina.

Como corolario subraya que «personalmente considero que me ha tocado enfrentarme con un grupo de personas perfectamente organizadas, con objetivos en común.. y fueron ayudados en el mal manejo por personal de la escuela». Y agrega: «poseo documentación que avala todo lo manifestado y la pongo a disposición de las autoridades que lo requieran».
El 28 de julio de 2008 por resolución 0959, la Ministra de Educación licenciada Elida Rasino resolvió intervenir a la Asociación Cooperadora de la Escuela de Educación Técnica Nº 336 «Mario Videla» de San Justo, y designar como Interventores a los integrantes de la Confederación de Asociaciones Cooperadoras Escolares de la Provincia de Santa Fe.
Un detalle hilarante
Entre la profusa documentación hay nueve declaraciones «voluntarias».
En ellas se presenta un hombre de mediana edad que dice que es padre de un alumno de 2do. año. Se le pregunta si es socio de la cooperadora y sostiene: «no estoy seguro» (sic).
Consultado sobre cómo ve el funcionamiento de la cooperadora dice: «Excelente».
Sobre las razones afirma que es participativa y que la conoce de gestiones anteriores desde hace 8 años.
Preguntado sobre si tiene alguna relación con la cooperadora responde: «No, yo no, mi señora es la contadora de la cooperadora».

 

Fuente: www.otrodia.com