No existen Cooperadoras en Brasil

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Los Directores: Influencia directa en la escuela
No existen Cooperadoras en Brasil
Docentes brasileños en experiencias innovadoras con colegas de la Argentina

Fuente: La Nación On-line

El nivel de preparación del director de una escuela y su vocación por plantear metas inciden mucho en el desempeño de los alumnos, según surge de las últimas evaluaciones nacionales de lengua y matemática.

Al mencionar los factores más influyentes en el buen rendimiento, ocupa un lugar prioritario la capacidad e idoneidad del director para coordinar un exitoso proyecto educativo.

La semana última se concretó un acuerdo de cooperación e intercambio entre las carteras educativas de la Argentina y Brasil. Unos 30 directivos brasileños recorrieron varias escuelas de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires dentro de una pasantía. Intercambiaron experiencias, dificultades y logros con sus pares argentinos y compartieron las distintas maneras en que gestionan las escuelas públicas.

En mayo de 2002 24 directores argentinos viajarán al país vecino para concluir la segunda etapa. Según el ministro de Educación de la Argentina, Andrés Delich, esta pasantía contribuye, además, a fortalecer vínculos entre los países del Mercosur. "Es imprescindible afirmar lazos y crear redes entre protagonistas concretos del quehacer educativo de ambos países, más alla de avanzar en aspectos regulatorios (reconocimiento de títulos o de acreditación universitaria)", explica el ministro.

Los brasileños, llegados desde todos los rincones del vasto país, regresarán a casa con las valijas llenas de ideas. Luego de recorrer varios establecimientos de educación media muchos de ellos subrayaron dos aspectos de la escuela argentina. En primer lugar, el alto valor de las cooperadoras escolares, que no sólo permite apoyar económicamente a la institución sino también lograr una mayor participación y compromiso de los padres. Según los visitantes, las cooperadoras no existen en Brasil, pues la ley de educación no permite que exista un apoyo económico, por más pequeño que sea.

En segundo lugar, destacaron positivamente el hecho de que nuestras escuelas tengan un tamaño "razonable y pequeño" (de 1000 alumnos máximo; mientras las de ellos llegan a 6000), lo cual facilita la administración y la enseñanza más personalizada.

Córdoba, todo un ejemplo

Las escuelas cordobesas llamaron su atención. Especialmente dos. Una en la cual los alumnos cuentan con un proyecto educativo que los hace trasladarse a Buenos Aires, Puerto Madryn y otros puntos del país para aprender de manera interdisciplinaria la geografía, historia y economía del lugar. "Juntan la teoría y la práctica de manera fantástica y se nota que a los alumnos les entusiasma mucho el proyecto. Esto favorece mucho el aprendizaje", comenta Paulo Fernando Dutra, un directivo del Estado de Pernambuco.

Otra de las escuelas ponderadas fue una en la cual los alumnos fabrican productos agrícolas que luego venden. Lo recaudado se destina a financiar el colegio. "Me encantaría instrumentarlo en mi establecimiento, que está rodeado de inmensas áreas verdes, pero la legislación brasileña no permite vender productos escolares para financiar las escuelas", señala Joao Batista, director de una escuela media en el Estado de Goias.

La pasantía -que consistió en dos días de seminario y otros cuatro recorriendo colegios- se centró únicamente en escuelas medias. "Allí es donde se concentran los mayores problemas de deserción y reprobación", explica Pozner. "En las últimas décadas se produjo un ingreso masivo de alumnos en este ciclo, y esa explosión de la matrícula hace que debamos trabajar dándoles cabida a todos (sobre todo a la población de menores ingresos), pero sin perder calidad", agrega.

Desafíos semejantes

Los problemas de la escuela media en ambos países parecen ser similares. Así lo afirmaron los directivos brasileños, para quienes el primer desafío consiste en atacar la deserción.

En este sentido compartieron algunas experiencias interesantes con sus pares argentinos. Francisco de Moura Texeira explicó que su escuela del Estado de Goias hace dos años logró reducir notablemente la deserción (en los dos últimos años bajó del 33% al 12%) al instrumentar un sistema por el cual los docentes visitan las casas de los chicos que suelen ausentarse seguido de las clases. "Conversan con los padres, los mismos alumnos y logran que los mayores acompañen a los docentes a la escuela. Allí realizamos proyectos pedagógicos en conjunto con padres e hijos. Es notable cómo a los adolescentes les interesa ver que sus padres se interesan por su educación", comenta de Moura Texeira.

Otra iniciativa (esta vez más masiva) que parece estar dando muy buenos resultados en el país vecino es la selección y elección de directores por concurso.

"Se quedan en sus cargos por tres años, renovables por otros tres. Pero toda la comunidad educativa (padres, docentes, alumnos) interviene en su elección. Esto vuelve al proceso más competitivo y democrático", afirma Paulo Fernando Dutra, de Pernambuco.

Y una tercera, que destaca Leila Portella, consultora de la Unesco y coordinadora de un grupo de directivos, es la informatización de la mayoría de las escuelas públicas y el uso de los medios de comunicación para enriquecer el aprendizaje. "Hace pocos años se comenzó a usar un video con técnicas y herramientas que enriquecen la enseñanza de distintas disciplinas -dice-. Los alumnos no sólo cuentan con el pizarrón y la explicación de los docentes, sino también con estos instrumentos."