El espíritu solidario

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El motivo de esta carta es contar a la comunidad rosarina que aún se puede creer en la dignidad y en la solidaridad. Soy la directora de la Escuela Nº 66 General Las Heras, de Rosario, y el 8 de noviembre pasado tuve una grata visita. Se trataba de un ex alumno de 46 años que había emigrado a Israel en 1989 y que deseaba hacer conocer a su hija la escuela que lo había formado en su infancia. Así pues, se emocionó con cada paso que daba, con el reencuentro con su viejo palo borracho, con sus aulas. Se asombró con los nuevos ámbitos (un laboratorio modelo, una sala de usos múltiples), se enterneció cuando vio su propia firma de niño en el Libro de la Escuela y no se cansó de explicarle a su hija qué había hecho en esos corredores. Cuando le dije que hacía poco tiempo habíamos realizado una actividad cultural-recreativa para recaudar fondos para pintar, pero que aún no nos alcanzaba el dinero, preguntó cuánto nos hacía falta, y ante mi declaración de que necesitábamos 4.000 pesos, dijo que él los enviaría desde Israel. Festejamos con las maestras y le agradecimos profundamente. El 23 de noviembre (tres días después de su arribo a Israel) nos llegó el cheque para la asociación cooperadora de nuestra escuela. Le mandamos de ahí en más cartas de agradecimiento, y él humildemente dice que es poco para la escuela que lo preparó no sólo para su exitoso ingreso en el Politécnico, sino para la vida, pues en la escuela aprendió valores que hoy le permiten realizar gestos como éste. En nombre de la comunidad educativa, al señor Gabriel Haikin, mil gracias. Hoy nuestra escuela luce remozada merced a su espíritu solidario.

Graciela C. Riboldi (directora de la Escuela Nº66 General Las Heras), DNI 10.409.627

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