Otra vez hay que hablar de infraestructura

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Pasado el temporal, se reanudaron las clases. Sin embargo, la falta de obras de infraestructura se hizo notar en muchos establecimientos; algunos debieron postergar la vuelta de los chicos al colegio por diferentes causas. La lluvia desnudó las falencias edilicias y puso en evidencia el default de infraestructura que se registra en la ciudad.

La presencia del alerta meteorológico en nuestra zona, producido por un frente de tormenta con origen en un centro de baja presión instalado frente a nuestras costas, provocó una intensa actividad de precipitaciones en el inicio del ciclo lectivo 2008. Esta fue la peor noticia con la que se encontraron los funcionarios provinciales y municipales el 3 de marzo último, cuando los chicos tenían que volver a las aulas luego del período estival de vacaciones.
Una vez normalizada la situación climática se pudo observar las consecuencias del temporal: establecimientos anegados y escuelas con serias fallas estructurales fueron los elementos y los datos relevados en las primeras horas cuando ya había despejado la tormenta.
Esto obligó a las autoridades del Consejo Escolar y a los integrantes de la Secretaría de Educación de la comuna a permitir a los directores la realización de una evaluación sectorizada. Por eso, algunos establecimientos muy afectados por las consecuencias de la lluvia obligaron a ambos entes oficiales a extender la situación de crisis sobre muchos edificios.

Afectados

En el Consejo Escolar ya se sabía que algunos colegios no volverían a abrir sus puertas el miércoles 5 debido a las dificultades que presentaban los establecimientos educativos. El listado inicial incluía más de diez edificios con inconvenientes, aunque luego se fueron sumando otros tras la intensa lluvia que se registró la noche del martes 4.
Esta situación obliga a las autoridades locales y provinciales a prestar mucha atención en esos lugares. Habrá que modificar el rango de jerarquía que se había previsto desde el área de infraestructura para volver a poner en valor los colegios más afectados.
En muchos barrios se registraron anegamientos de vías de comunicación, lo que incidió negativamente tanto por el barro que dejó la inundación como por la dificultad para llegar a través de las calles. Otros establecimientos tuvieron que cerrar sus puertas por problemas en los techos. Sin embargo, la preocupación mayor estuvo en los colegios donde la electricidad no pudo ser controlada.

Jardines a la espera

Entre los establecimientos relevados con inconvenientes se registran varios jardines de infantes, entre ellos los 924, 926, 940 y 943. La razón en este caso estuvo dada por la intransitabilidad de las calles de llegada. La consecuencia directa recayó sobre aquellas familias que necesitan que sus hijos acudan a los establecimientos para poder seguir con las tareas de trabajo diario. En esos casos, los vecinos manifestaron su malestar ante la situación aunque reconocieron que las condiciones eran sumamente críticas.
Similar situación se vivió en escuelas primarias básicas y en secundarias que funcionan como anexos en las mismas instalaciones. Las escuelas primarias 9, 30, 37 y 73, y las secundarias anexos 55 y 57 se vieron afectadas por el temporal y sufrieron la suspensión.

Evacuados

Hizo falta la apertura de un centro de evacuados en la ciudad; se habilitó en la sociedad de fomento del barrio Peralta Ramos Oeste, donde la comuna debió ubicar a 28 personas. Desde el área de Defensa Civil se recorrieron las zonas más afectadas, no sólo establecimientos educativos sino también edificios de organizaciones intermedias.
Esta vez, afortunadamente los colegios no llegaron a ser centros de evacuación, por lo que no hubo edificios utilizados para este fin.

Promesas

Antes del inicio del ciclo lectivo el titular de la cartera educativa de la provincia de Buenos Aires, Mario Oporto, había realizado una importante serie de anuncios, entre los cuales involucraba a Mar del Plata sosteniendo que el Estado tenía prevista la construcción de 1.300 establecimientos nuevos y que algunos de ellos iban a llegar a nuestra ciudad.
Pero la realidad pegó duro otra vez. Las contingencias hicieron que quedara en evidencia la falta de trabajo que se ha registrado en los últimos años sobre Mar del Plata.
En nuestra ciudad, varias escuelas municipales también registran faltas de tareas de mantenimiento. Desde hace varios años, la Secretaría de Educación tiene casi desmantelado el departamento de infraestructura; por este motivo las cooperadoras escolares tienen que pagar con sus recursos toda obra que se pretenda encarar. En ese contexto, la comuna sólo aporta personal del Ente Municipal de Vialidad y Servicios Urbanos y Gestión Ambiental (EMViSUr y GA) para realizar algunas tareas.
En este caso las lluvias afectaron de manera directa a la educación básica. Aunque, que esto ocurra no es sólo consecuencia de las condiciones climáticas sino de la falta de tareas que durante años no se realizaron. Está más que claro que llover seguirá lloviendo en cualquier momento, pero la inundación y la suspensión de clases depende de dos elementos: decisión política para orientar partidas a la reparación de los edificios y ejecución de obra controlada por el Estado.
Cuando se cumplan ambas condiciones sí se podrá decir que el problema será la lluvia inesperada. Mientras tanto hay un default en infraestructura que no se puede disimular.
 

por Matías Frati
Fuente :
http://www.noticiasyprotagonistas.com